Decenas de miles de españoles salieron a las calles el domingo en diferentes ciudades convocadas por los sindicatos en un ambiente reivindicativo para protestar contra la reforma laboral aprobada recientemente por el Gobierno, que facilita el despido y también la reducción unilalteral de salarios.
Son las primeras manifestaciones desde que CCOO y UGT convocaran esta semana una huelga general para el 29 de marzo y se suman a la creciente movilización en las calles contra las reformas del Gobierno del PP y los recortes de gasto con los que pretende recuperar las finanzas públicas.
Hasta medio millón de personas acudieron a las marchas en 60 ciudades por todo el país, según los sindicatos, aunque la policía como de costumbre rebajaba hasta cifras ridículas. La asistencia era ligeramente inferior en todo el Estado comparada con la jornada del 19 de febrero. En Madrid, los secretarios generales de los dos sindicatos, Cándido Méndez, de UGT, e Ignacio Fernández Toxo, de CCOO, recorrieron el centro de Madrid tras una gran pancarta que decía “Inútil, ineficaz e injusta”, en contraposición a los calificativos que dio a la reforma laboral el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
“Este Gobierno está haciendo un aprovechamiento inmoral de la angustia de la buena gente de este país como consecuencia de la recesión económica, pretende aprovechar la crisis para hacer un duro ajuste de cuentas a los derechos laborales y a los derechos sociales, y pretende que nos adentremos en el camino de la recesión social”, dijo Méndez al término de la marcha.
“Piensa la gente de buena fe que estas medidas del Gobierno, cuando acabe la crisis, acabarán, y volveremos a la situación anterior… ¡No! El Gobierno pretende que estas medidas sean para toda la vida, y por eso tenemos que oponernos democráticamente a ellas”, agregó.
España tiene la tasa de paro más elevada de la Unión Europea y el propio Gobierno espera que alcance un récord del 24,3 por ciento este año. Los españoles suponen casi un tercio de los desempleados en la eurozona.
Losos manifestantes sostienen que las medidas socavan lo derechos de los trabajadores.
“Es un perjuicio para los trabajadores, favorece el despido, se beneficia al empresario, nos están recortando por todas partes el sistema publico”, dijo Irene Jiménez, una empleada sanitaria de 29 años que está en el último de una serie de contratos de tres meses.
La reforma no ayudará a los parados, aseguró el funcionario de 53 años José Javier Rodríguez. “Es absurdo pensar que por facilitar el despido se va a bajar el desempleo”, manifestó.
La huelga general del 29 de marzo será la primera desde septiembre de 2010, cuando los sindicatos protestaron contra la ya polémica reforma laboral aprobada por el entonces Gobierno socialista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario