El periódico conservador británico The Daily Telegraph abre el miércoles su portada con una información donde asegura que en las próximas horas o días los líderes europeos anunciarán un rescate conjunto de España e Italia. Según el diario, el plan es algo diferente al aplicado con Grecia, Portugal e Irlanda. En lugar de prestar a los estados, los fondos de rescate destinarían 750.000 millones de euros a comprar directamente bonos españoles e italianos para rebajar la prima de riesgo. El diario The Guardian publica una información similar.
Los dos fondos de rescate, el actual y el que entrará en vigor en julio, se utilizarán para inyectar fondos en la compra de deuda de los dos países, que han alcanzado niveles que son insostenibles a largo plazo. En el comunicado final del G20, habrá una referencia a la decisión de los países europeos de tomar medidas concretas para reducir los tipos de interés de la deuda soberana. El Telegraph se refiere a la “intensa presión” sufrida por Merkel y otros líderes europeos en la reunión de México, presumiblemente a manos de EEUU.
“Según el nuevo plan, el dinero de los fondos (de rescate) no se entregará directamente a los gobiernos (como se ha hecho con Grecia, Irlanda y Portugal), sino que se utilizará para comprar deuda soberana en los mercados financieros”, dice el Telegraph. The Guardian cita a un portavoz de Merkel: “Aún no hay nada decidido”.
Inicialmente, el blog Alphaville, del Financial Times, recibió los rumores sobre un acuerdo de este tipo con gran escepticismo porque el fondo de rescate que se pone en funcionamiento en julio ya lo contempla como posibilidad en el artículo 17 del tratado que está ahora mismo en proceso de ratificación por los países de la eurozona. Esa opción existía sobre el papel, pero nadie había hablado abiertamente de ello. Como mucho, el Gobierno español había pedido, a través de una carta de Rajoy, que el Banco Central Europeo se ocupara directamente de la compra de los bonos de los países olvidados en los mercados de deuda.
Sin embargo, el Financial Times informó más tarde que la propuesta había partido del primer ministro italiano, Mario Monti, en una de las reuniones de la cumbre. Merkel no se había mostrado muy partidaria en ese momento, pero en contactos bilaterales posteriores no la descartó y mostró un cierto interés en la idea. Una vez más, un portavoz alemán dijo que no había nada decidido, pero el hecho de que el borrador de declaración final incluyera una referencia genérica a conseguir “costes sostenibles de la deuda” indicaba que Berlín estaba dispuestas a trabajar en esa vía.
A Merkel le queda la carta de las condiciones que se incluirían en esta ayuda. Quizá no sea el mismo tipo de rescate de Grecia, Portugal e Irlanda, pero las normas del fondo de rescate sí incluyen una referencia a “condiciones de eligibilidad” para recibir la ayuda que tendrían que ser aceptadas por los países que se vean beneficiados por la compra de deuda.
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