Coincidiendo con la ocasión del
Foro Social Mundial, en el cual yo he participado con el movimiento intal, he
tenido la oportunidad de conocer a dos responsables del Partido de los Trabajadores,
el antiguo Partido Comunista de los Obreros de Túnez (PCOT). Jilani Hammami y
Abdelmoumen Bilaniss son, respectivamente, portavoz y secretario general
adjunto del PT.
Articulo de Joaquim Da Fonseca, militante del PTB, Traducido por C. Rodriguez
Entrevista a Jilani
Hammami
El Partido de los trabajadores tiene una larga historia
de resistencia durante la dictadura de Ben Ali. Durante años, sus militantes
han permanecido en la clandestinidad. En la actualidad, son una de las
principales fuerzas de la izquierda tunecina. Su líder, el abogado Hamma
Hammami es una de las figuras más importantes del ala progresista. En el campus
Al Manar, donde se desarrolló el Fórum Social Mundial, el movimiento juvenil
del PT era muy visible. Allí pude conocer a dos dirigentes de este partido tan
dinámico.
Pronto se cumplirán dos
años desde que el pueblo tunecino expulsó a Ben Ali. En estos momentos, lo
primero en lo que uno se fija al llegar a Túnez es en que nada ha cambiado
realmente. ¿Estoy en lo cierto?
Jilani Hammami: Vivimos una profundización de la
crisis económica. Todos los indicadores están al rojo vivo. La deuda exterior
ha llegado a representar el 48% del PIB, la producción disminuye y los precios
aumentan. Esta crisis económica está llevando al país a una crisis social sin
precedentes.
El gobierno actual, el cual está dominado por el partido
islamista Ennahda, aplica sus medidas neoliberales, idénticas a las que estaban
en vigor bajo el mandato de Ben Ali. El vendió los bienes públicos, empresas,
recursos, bienes inmobiliarios. Todo esto implica una disminución de las ganancias del Tesoro público, a lo
cual se debe añadir la disminución de los ingresos, debido a la eliminación de
los aranceles aduaneros. Menos empleo, menos servicios públicos, en definitiva
un gobierno que no tiene nada que ofrecer: la respuesta social y política no
hace más que aumentar entre los trabajadores, los estudiantes y los
parados.
Frente al descontento
que se muestra en las calles y en los centros de trabajo, ¿cómo ha reaccionado
el gobierno?
Jilani Hammami: Ha optado por la represión. Una
represión aplicada por medio de la policía o el ejército: detenciones, palizas,
condenas penales… Pero también una represión oficial, llevada a cabo por las
milicias, de los gasterns que asolan el
país.
El asesinato del portavoz de Frente Popular, Chokri
Belaïd, ha sido sin duda el acto más preocupante de esta constante represión.
No se sabe quién ordenó el asesinato, pero por las calles tunecinas muchos
apuntan al gobierno como el responsable de esta muerte. La violencia es un
hecho constante de la vida política y social. Ciertos movimientos políticos
organizan el tránsito de miles de armas por todo Túnez. Algunas de estas armas se encuentran en las
manos de jóvenes que parten a Siria a luchar contra el gobierno. Otras podrían ser utilizadas para atacar a
los progresistas aquí, en Túnez. El gobierno está involucrado en este tránsito o cierra los ojos.
Frente a esta represión
económica y política, ¿Cuál es la respuesta de la izquierda tunecina y del
Partido de los Trabajadores?
Jilani Hammami: En octubre de 2012, establecimos una
gran plataforma política: el Frente Popular. En él se agrupan en estos momentos
11 partidos y constituye una de las
repuestas de la izquierda tunecina frente a la mala situación debido a la
crisis, a la política liberal del gobierno y a la represión. Nosotros queremos
romper la bipolaridad política que se está estableciendo en Túnez limitando la
posibilidad de voto al Ennahda, islamista, o al Partido Nida Tunis( llamado de
Túnez) del antiguo primer ministro Essebsi.
En el plano económico ambos partidos proponen las mismas medidas ultra
liberales.
Al unirse en el Frente Popular, los partidos de la
izquierda tunecina han conseguido que se llegue a escuchar otra voz, una
realmente democrática y social. En los sondeos, se nos atribuyen en algunas
ocasiones el 12% de la intención de voto. En estos momentos, somos una
alternativa real y creíble.
¿Cuáles son las
reivindicaciones del pueblo tunecino?
Jilani Hammami: Queremos construir un frente de
resistencia lo más grande posible en torno a exigencias mínimas. Consiste en un
programa de “Salvación Nacional” que contiene medidas económicas y políticas
fácilmente alcanzables. Como por ejemplo, la suspensión de pago de la deuda, la
distribución de las tierras agrícolas, la aplicación de un impuesto a las
grandes fortunas, aumentar significativamente las prestaciones por desempleo,
crear una comisión de investigación independiente sobre el asesinato de Chokri Belaïd…
La realización de estas medidas es algo necesario. Queremos sumarnos a los
grandes sectores de la sociedad tunecina.
¿Cómo percibe la
población todas estas reivindicaciones?
Jilani Hammami: Los tunecinos están muy preocupados
por su poder adquisitivo. Viendo el aumento de los precios y la disminución de
los salarios, comprar los bienes de primera necesidad se está convirtiendo poco
a poco en un lujo en Túnez.
La situación es muy volátil, nada está ganado. Nosotros
llevamos a cabo cada día un verdadero trabajo de información, de
sensibilización. Para esta tarea utilizamos nuestro periódico semanal, “La voz del pueblo” (La voix du peuple). Utilizamos también
nuestra página web y herramientas accesibles
que respondan a las preocupaciones cotidianas de los tunecinos.
Hace algunos meses, distribuimos algunos billetes falsos
de diez dinares en los que defendíamos las medidas sociales y atacábamos la
política gubernamental. Ahora estamos llevando a cabo una nueva campaña
distribuyendo 40.000 folletos bajo la
forma de un comic. En ellos se ilustra
la imposibilidad de una familia de tener un presupuesto equilibrado. Frente a
todos esos problemas cotidianos, queremos avanzar hacia soluciones concretas.
¿Continua el entusiasmo
de la revolución tunecina?
Jilani Hammami: Nuestra lucha es difícil
y peligrosa, como muestra el asesinato de Chokri Belaïd. Pero nuestro
entusiasmo, el del Partido de los
Trabajadores, el de los militantes del Frente Popular, permanece intacto.
Nosotros aprendemos y avanzamos cada día. Muchos tunecinos, jóvenes,
trabajadores, mujeres se han unido al partido. Los movimientos de enfado, las
manifestaciones, las huelgas no van a dejar de recorrer el país. Queremos
contribuir dotando a este movimiento de
perspectiva política y conducirles hacía victorias reales.
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