viernes, 30 de septiembre de 2011

Declaración del KKE sobre los últimos acontecimientos en el Mediterráneo Oriental

Declaración del Buró Político del Partido Comunista de Grecia (KKE): "Fortalecer la lucha de clases y la acción antiimperialista frente a los peligrosos acontecimientos en el Mediterráneo Oriental y en nuestra región"


1. Los acontecimientos en el sudeste del Mediterráneo son explosivos y están formando una muy peligrosa situación, con enormes consecuencias para las vidas de los trabajadores. Tras la intervención imperialista en Libia, que pasa el testigo para el reparto del botín, se refuerzan las amenazas de Turquía contra Chipre, se agudizan las relaciones entre Turquía e Israel, crece la agresividad de Israel contra el pueblo palestino, Líbano y Egipto, mientras el plan imperialista para la intervención en Siria está en marcha, el cual también pretende una ofensiva contra Irán, utilizando su programa nuclear como pretexto. Estos acontecimientos están vinculados a realineamientos más generales en la región, que están conectados con el plan imperialista para el “nuevo Oriente Medio”, con los cambios que están teniendo lugar en el norte de África y en Oriente Medio tras el derrocamiento de los gobiernos antipopulares de Egipto y Túnez, con los intentos de reorganizar el sistema político burgués para que se corresponda con las necesidades actuales de rentabilidad capitalista. Esta realidad está distorsionada por la posición relativa a la “primavera árabe”, que están reproduciendo las fuerzas burguesas y oportunistas. 
2. Esta situación se está desarrollando en condiciones de una profunda crisis capitalista sincronizada de sobreacumulación de capital que busca vías para la alta rentabilidad. Se caracteriza por la agudización de las contradicciones interimperialistas, que se intensifican bajo las condiciones de la crisis capitalista, por el control de los recursos naturales y de las rutas de transporte de la energía, y pueden llevar a confrontaciones militares generalizadas como continuación de las guerras imperialistas que los EE.UU.-OTAN-UE desataron en el período anterior contra Yugoslavia, Afganistán, Irak y Libia. El peligro de nuevos conflictos militares crece, particularmente en esta región clave, de acuerdo con el realineamiento de las potencias en la pirámide imperialista. Los EE.UU., la UE, China, Rusia, etc., han entrado en el terreno de la competencia creciente con acuerdos y alianzas para la división del botín de la enorme riqueza y reservas energéticas de la región. El conflicto podría alcanzar a toda la región en mayor o menor medida (Mediterráneo Oriental, Oriente Medio y Norte de África, Golfo Pérsico, los Balcanes y el Mar Caspio). 


3. El KKE mantiene la posición de que los acontecimientos subrayan la necesidad de la utilización de los recursos naturales en interés de los trabajadores, vía la mutua cooperación entre los pueblos. Una condición previa para esta posibilidad es que el poder pase a manos de los pueblos, que se abra la vía para la socialización de la riqueza natural y de los medios de producción concentrados, que deben ser propiedad del pueblo, y que la economía se desarrolle mediante la planificación central y el control popular.
De otra manera, esta riqueza natural seguirá siendo fuente de discordia entre los monopolios y entre los estados capitalistas, quienes están peleando por el control y la explotación de los recursos naturales sin dudar en masacrar a los pueblos para salvaguardar sus beneficios, sin dudar en destruir el medio ambiente a la vez que los pueblos están pagando unos muy altos precios por el petróleo, el gas natural y la energía en general. 
4. La realidad demuestra que los gobiernos que gestionan el sistema y que están incorporados a las uniones imperialistas como la OTAN y la UE, se ven envueltos en la competencia interimperialista. La OTAN y la UE no sólo no suponen ningún “escudo” frente a los peligros de las tensiones y la guerra, tal como afirman los euroatlantistas, sino que, como “protectores” de la rentabilidad, son “vehículos” de la guerra imperialista, de las intervenciones y de la explotación de los trabajadores. Los largos años de experiencia del pueblo griego son testigos de esto, desde la entrada en la OTAN y la UE, quienes no sólo no ayudaron a la salvaguarda de los derechos soberanos del país, sino que constituyeron una herramienta que ayudó a la clase dirigente turca a disputarlos, con las “zonas grises” del Egeo y el régimen de “gestión conjunta” en el marco de la OTAN, etc. 
Por otra parte, China y, en particular, Rusia, están interviniendo en la región claramente, en algunas regiones incluso en relación antagónica con los EE.UU. (p.ej., en Siria), mientras cooperan en otras (p.ej., en relación a la utilización de los yacimientos de Chipre). Merece la pena señalar la discreta, en relación a la de EE.UU., actividad de Gran Bretaña (p.ej., explotación de los yacimientos del norte de Irak en cooperación con grupos monopolistas turcos) y su participación en los acuerdos energéticos de Chipre. 
5. Turquía, utilizando su fuerza económica y militar, busca obtener un papel estratégico en la región, un papel de fuerte potencia regional, y promueve sus intereses monopolistas en los Balcanes, el Cáucaso, el Mar Negro, el Mediterráneo y Oriente Medio para extraer la parte más grande posible de los recursos naturales y los mercados de la región, utilizando además sentimientos religiosos. Se presenta como un supuesto “protector de los palestinos”, a la vez que mantiene la ocupación turca del 37% del territorio chipriota y, mediante provocaciones y amenazas, se posiciona contra la República de Chipre, contra los derechos soberanos de Chipre. 
Turquía está desarrollando relaciones contradictorias de competencia y cooperación tanto con Egipto (fijación de la Zona Económica Exclusiva, cooperación energética) como con Irán (cuestión kurda, participación de Turquía en el proyecto del escudo antimisiles de los EE.UU.-OTAN). Utiliza el “tema palestino” para disputar la zona económica exclusiva de Israel y Chipre. El Líbano también se mueve en la dirección de disputar la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Israel. Turquía está intentando llevar a cabo una compleja negociación en muchos temas para salvaguardar sus principales intereses, dando prioridad en esta coyuntura al tema kurdo y a la ZEE en el Mediterráneo. 
6. Por su parte, la clase burguesa de Grecia ha firmado acuerdos político-militares con Israel. Estos acuerdos suponen la base para ejercicios militares conjuntos y preparan el terreno para actos militares de agresión contra Irán, que están dirigidos contra los pueblos de la región, contra el pueblo palestino.
El KKE ha condenado tanto la agresividad de Turquía y los acuerdos greco-turcos que sirven a los intereses de las clases burguesas, como los acuerdos político-militares del gobierno griego con Israel, y avisa al pueblo de que la incorporación a una u otra alianza, que operan sobre la base de los intereses monopolistas, alberga grandes peligros y no sólo podría llevar a duros conflictos interimperialistas, sino también a “puntos calientes” y a confrontaciones militares más generalizadas, que traerán catástrofes a gran escala y facilitarán la intervención y el “arbitraje” de los EE.UU., la OTAN y la UE bajo cualquier tipo de “paraguas” que decidan. Esto también afecta a la promoción del “paquete” sobre el Egeo, que concede derechos soberanos y la explotación conjunta de los recursos naturales y a la promoción de un plan (como el plan Annan) que no garantiza los derechos de Chipre, de los grecochipriotas y de los turcochipriotas. 
7. En estas condiciones, condenamos las amenazas que el gobierno turco ha desatado contra Chipre. Estamos preparados para tratar con cualquier actividad agresiva y apoyamos la lucha del pueblo chipriota por un Chipre unificado e independiente, por una solución federal, bizonal y bicomunal con una única soberanía e identidad internacional, sin bases ni tropas extranjeras, una patria común para los turcochipriotas y los grecochipriotas, sin protectores ni garantes extranjeros. 
Chipre, Palestina, el Líbano, Grecia y el resto de países de la región tienen el derecho a utilizar, a explotar, sus Zonas Económicas Exclusivas según la convención internacional sobre la ley del mar. Los pueblos deben utilizar la riqueza para sus propios intereses. 
Al mismo tiempo, señalamos que el acercamiento a Israel, así como los procesos para la formación de un eje Israel-Grecia-Chipre, incluyen el peligro de una mayor implicación de Grecia y Chipre en la maraña de las contradicciones interimperialistas. 
Israel y, por supuesto, los EE.UU., no son ningún “apoyo” para los derechos soberanos de Chipre. Utilizan las inversiones en energía como una palanca para imponer el nuevo “plan Annan”, como se demuestra con la posición en favor de la “distribución igualitaria de las fuentes de energía de la isla en el marco de una amplia solución a la cuestión de Chipre”. 
8. Además, avisamos a los pueblos de la región de que la clase burguesa turca, que ahora se muestra con el “ropaje” de “defensora” de los palestinos, juega un papel particularmente agresivo en la región, donde, además de la ocupación ilegal de una gran parte de Chipre, participa activamente en el escudo antimisiles de los EE.UU. y la OTAN, en la intervención imperialista en Siria, en la guerra contra Libia, prepara actividades contra Irán, etc. 
La búsqueda de protección bajo el “paraguas” de la burguesía turca no sólo no garantiza los derechos del pueblo, sino que refuerza a una potencia que es un oponente de los intereses del pueblo y está conectada con la promoción de los intereses de EE.UU.-OTAN en la región, lo que también afecta al problema palestino. 
El KKE apoya la justa causa y la lucha del pueblo palestino, toma muchas iniciativas variadas, impulsando la demanda de retirada de las fuerzas de ocupación israelíes, del reconocimiento del estado palestino como miembro de pleno derecho de la ONU, con las fronteras de 1967, con Jerusalén este como su capital. 
9. En las condiciones de la crisis capitalista y en vistas a los acontecimientos en la región que podrían desarrollarse muy rápidamente en el próximo período, el KKE hace un llamamiento al pueblo trabajador para que fortalezca la lucha de clases y la actividad antiimperialista. 
Nuestro pueblo no debe confiar de ningún modo en las fuerzas burguesas y en sus representantes, sus gobiernos. No debe aceptar hacer sacrificios en beneficio de la plutocracia y ser aplastado por las rivalidades de los grupos monopolistas, los gobiernos burgueses y los ejes y contra-ejes imperialistas. Nuestro pueblo tiene la obligación histórica de luchar contra el sistema explotador, contra la guerra, y exigir la desvinculación de los planes imperialistas, con una alianza popular, por el poder obrero y popular, por la salida del país de las organizaciones imperialistas, la UE y la OTAN. La defensa de las fronteras, de los derechos soberanos de nuestro país, en beneficio de la clase obrera y los sectores populares, no tiene nada que ver con la defensa de uno u otro polo imperialista, de la rentabilidad de uno u otro grupo monopolista, sino que está inseparablemente unida a la lucha por los cambios radicales, por el derrocamiento del poder del capital. 
10.El KKE hace un llamamiento a los Partidos Comunistas y Obreros y a los movimientos antiimperialistas de la región para que fortalezcan su lucha contra todas las potencias imperialistas y contra la guerra imperialista, para que digan a los pueblos que no escojan una u otra potencia imperialista, que no se alineen con la burguesía, para que desarrollen con firmeza la lucha de clases, confiando en sus propias fuerzas, la lucha antiimperialista coordinada y la lucha por una sociedad libre de la explotación del hombre por el hombre. 
Atenas, 21/9/2011
El Buró Político del CC del KKE

1 comentario:

  1. Concuerdo con todo lo planteado por los camaradas del KKE, excepto con su posición sobre Palestina (dos Estados: Palestina e Israel). Apoyo la creación de un solo Estado, Palestina, de carácter laico en el que convivan musulmanes, judíos, cristianos y no creyentes. Estado en el que no domine ningún grupo unido por su afiliación religiosa, sinó que domine la clase obrera, sea cual sea la confesión individual de cada uno.

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