Una negociación a contrarreloj concentraba el pasado día 18 la atención y los esfuerzos del Cuarteto para Medio Oriente -reunido en Nueva York y formado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y Naciones Unidas-, en un intento desesperado para que israelíes y palestinos regresen al diálogo. Este apuro por lograr que las partes retomen las negociaciones de paz se da días antes de que Mahmud Abbas solicite que se reconozca al Estado palestino.
El presidente de la Autoridad Palestina (AP) está dispuesto a ir por todo y aseguró que en su presentación del viernes, ante el Consejo de Seguridad de la ONU, elevará un pedido para que Palestina sea reconocida como miembro con plenos derechos. Estados Unidos, fuerte aliado de Israel, ya adelantó que vetará esa presentación, por lo que al líder de la AP no le quedaría otra opción que buscar el reconocimiento como “Estado observador” ante la Asamblea General de la ONU, status similar al que detenta el Vaticano.
Para que esta propuesta sea aceptada necesita contar con 128 votos a favor. Al menos 126 países, entre los que se encuentran la Argentina, Brasil, Venezuela y Uruguay, ya reconocieron al Estado palestino.
En una entrevista con la cadena ABC, el ex premier británico Tony Blair, enviado especial del Cuarteto a Nueva York, ratificó que el único camino para arribar finalmente a un Estado palestino es por intermedio de las negociaciones. “En los próximos días buscaremos encontrar un modo de conciliar elementos que permitan reconocer sus demandas y legítimas aspiraciones a un Estado (palestino), mientras se renueva la necesidad de negociaciones directas entre las dos partes”, señaló Blair.
Por su parte, Catherine Ashton, vocera del Alto Representante de la UE para la Política Exterior, afirmó: “Seguimos considerando que una solución constructiva susceptible de reunir un amplio consenso y consentir una reanudación de las negociaciones es el único modo y sobre todo el mejor para llegar a la paz”.
Más allá de estas declaraciones, todavía no habría un consenso definitivo entre los países que forman parte de la UE. Pero el que se encuentra en una posición más complicada es el mismo anfitrión de la 66ª sesión de la Asamblea General. A 14 meses de las elecciones presidenciales, Barack Obama se encuentra ante un doble dilema. Si finalmente rechaza la petición de Abbas, Estados Unidos podría exponer la ambigüedad de su política exterior.
Mientras apoya la autodeterminación en países como Libia, Egipto o Siria, niega la soberanía de los territorios palestinos ocupados por Israel. Decisión que podría desencadenar el malestar de los palestinos, desembocando nuevos brotes de violencia en una región por demás convulsionada.
Es casi imposible que Abbas consiga su propósito en el Consejo de Seguridad, escenario prácticamente descartado porque Washington adelantó que bloqueará esa petición. Junto con el Reino Unido, ambos países consideran que la mejor vía para que el Estado palestino avance en su reconocimiento tiene que surgir de una negociación bilateral. La embajadora norteamericana ante la ONU, Susan Rice, advirtió que Washington apoya a los palestinos y quiere ver la creación de un Estado. “Pero el meollo de la cuestión es que sólo hay una manera de llegar a ese objetivo y es que ambas partes se sienten a la mesa de negociación, decidan los términos de ese Estado y solventen los temas que los dividen”, agregó.
El Consejo de Seguridad está formado por quince miembros que deben pronunciarse y decidir si acompañan o no la petición de Abbas. Para esto, el líder palestino necesita el apoyo de nueve representantes y ningún veto de los cinco países miembros permanentes (Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China). Todo indica que en esa instancia la suerte de los palestinos está echada. En ese caso, Abbas llevará una carta debajo de la manga con un plan B: si Estados Unidos o cualquiera de los miembros permanentes del Consejo vota en contra, el líder palestino acudirá a la Asamblea General y buscará allí el status de “Estado observador”, rango que actualmente detenta el Vaticano. Con 126 países que ya reconocieron al Estado palestino, es muy probable que ese Estado obtenga mayoría durante la votación, donde la posibilidad de veto está descartada.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, afirmó que el intento de los palestinos de ser admitidos como miembros permanentes de la ONU está destinado al fracaso y confió en que el Consejo de Seguridad vetará su reconocimiento internacional. La demanda palestina generó roces entre el premier y el presidente israelí, Shimon Peres, quien finalmente no viajará a Washington por sentirse censurado por Netanyahu. El primer ministro adelantó que su país tiene dos objetivos en la próxima sesión de la ONU: el primero será bloquear la iniciativa de Abbas sobre la adhesión de Palestina a la ONU fuera de entendimientos con Israel. El segundo será ilustrar la verdad israelí sobre el conflicto. “Israel anhela la paz, pero los palestinos hacen todo lo posible para hundir las tratativas directas. Reiteradamente ignoraron nuestras propuestas, expresadas también en el discurso de (la universidad de) Bar-Ilan”, destacó demagógicamente Netanyahu.
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