El deterioro del mercado de trabajo es una obviedad -5.273.600 parados al acabar 2011-, pero también sufren los rigores de la crisis quienes tienen empleo, aunque sea temporal, hasta el extremo de que nada menos que el 44,8% de los contratos temporales dura ya menos de un mes. El porcentaje es, con diferencia, el más alto de la serie histórica, y pone de relieve el deterioro del mercado laboral a medida que ha ido avanzando la crisis.
En 2007, ‘sólo’ el 30% de los contratos temporales duraba menos de un mes, pero el deterioro de la situación económica ha empujado ese nivel hasta límites desconocidos. Sobre todo después de algunas modificaciones legales aprobadas por el anterior Gobierno, que decidió en agosto pasado suspender el encadenamiento de contratos temporales. De hecho, en el mes de enero se firmaron 1,03 millones de contratos, de los cuales nada menos que el 92,7% fueron de carácter temporal.
El resultado es una subida ininterrumpida de la precariedad. Hasta el extremo de que únicamente el 2,2% de los contratos temporales tiene una duración superior a los seis meses, mientras que otro 19,4% se firman con una duración superior a un mes e inferior a seis. Pero con una importante salvedad que pone de relieve la mala calidad del mercado laboral. Tan sólo el 1,9% de los contratos temporales se prorrogan pasados esos seis meses, lo que refleja la dureza del mercado de trabajo para quienes tienen empleo. En particular, para los jóvenes y las mujeres.
El paro se ceba en los temporales
Paradójicamente, y al mismo tiempo que se deteriora el mercado de trabajo en cuanto a la duración de los contratos, la tasa de temporalidad se mantiene en el entorno del 25%, cerca de diez puntos por debajo del nivel medio alcanzado durante los años de mayor expansión. La causa de esta aparente contradicción tiene que ver con el mayor ritmo de destrucción de empleo en la contratación temporal frente a la indefinida, aunque esta tendencia tiende a desaparecer. De hecho, en los últimos doce meses, según el Banco de España, se han destruido 96.000 empleos temporales y nada menos que 389.000 indefinidos, lo que pone de relieve el cambio de tendencia.
Los contratos temporales, sin embargo, y dado su enorme peso en el mercado de trabajo, continúan siendo la principal vía de entrada para encontrar un puesto de trabajo. Según este estudio de Fedea, solamente el 11% de los trabajadores accede a un empleo mediante un contrato indefinido. Por el contrario, el 82% lo hace a través de un contrato temporal (el resto es empleo no asalariado).
Y es que, según la Fundación de Economía Aplicada, el tipo de contrato “sigue marcando las diferencias más importantes” en cuanto a pérdida de empleo. De cada 100 trabajadores ocupados en el segundo trimestre del año pasado con un contrato temporal, 20 de ellos han perdido su empleo en el tercer trimestre de 2011 por 1,6 de cada 100 con contrato indefinido.
Según los datos de Agett, la patronal de las empresas de trabajo temporal, la contratación eventual es responsable del 65,3% de la caída de la contratación en el último año, mientras que la indefinida es culpable del 34,6%.
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