Desde el mediodía, cerca de un millón de personas salieron a la calle en decenas de ciudades de España para celebrar un Primero de Mayo, Día Internacional del Trabajador, marcado por los recortes del Ejecutivo de Mariano Rajoy, la reforma laboral y otras medidas antipopulares pactadas con la Troika.
En Madrid, pese al mal tiempo, los sindicatos cifraron en 100.000 los asistentes a la convocatoria —más que en años precedentes—, que comenzó en la plaza de Neptuno y acabó en la simbólica Puerta del Sol. Los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, acusaron al Gobierno de estar "embarrancando" el buque de la economía y de preocuparse sólo de salvar a los de primera clase y sus pertenencias mediante la amnistía fiscal.
En Barcelona, donde los manifestantes han protestado contra la reforma laboral, y donde se recordó los cuatro presos y la enorme represión sufrida estos últimos días, tuvo lugar la celebración más masiva que se recuerda del Primero de Mayo de los últimos años. Fuentes sindicales cifraron en unos 80.000 los participantes en la marcha central que recorrió el trayecto entre la confluencia del Paseo de Gràcia con Ronda de Sant Pere y la avenida de la Catedral.
Por su parte, en Granada y Sevilla fueron las ciudades andaluzas donde su produjo una mayor concentración. La reforma laboral y los recortes en educación y sanidad centraron las reivindicaciones de las manifestaciones en las ocho capitales andaluzas, que se han desarrollado en un clima reivindicativo frente a las iniciativas del Gobierno central. Los sindicatos han cifrado la participación en estas convocatorias en más de 61.000 personas.
En muchas otras ciudades de todos los rincones del Estado español se han vivido manifestaciones masivas, destacando algunas zonas donde se han vuelto a convocar tras décadas de desmovilización, como es el caso de la ciudad vallesana de Sabadell.
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