La Unión Europea quiere avanzar hacia una mayor unión fiscal y estudia dotarse de un superministerio de Finanzas que tendría amplios poderes para modificar los presupuestos nacionales de los Estados que "infrinjan las reglas de equilibrio presupuestario". Eso afirma un borrador de trabajo dado a conocer hoy y que será discutido en la cumbre del jueves y el viernes. El informe incluye además un ambicioso plan para avanzar hacia la unión política y bancaria, y concede a Bruselas nuevos poderes de supervisión sobre los sistemas financieros y las cuentas públicas de cada país.
La carta, redactada por el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en colaboración con los líderes del BCE, Mario Draghi; de la Comisión, José Manuel Durão Barroso; y del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, sirve de calentamiento para una semana que concluirá con la cumbre en la que los líderes de la UE están obligados a presentar medidas de calado para taponar una crisis que ya ha obligado a rescatar a cinco países de la eurozona (España y Chipre han sido los últimos).
El texto apuesta por avanzar hacia una unión monetaria basada en una mayor integración del sector financiero, presupuestario y de las políticas económicas. De estos aspectos se lleva mucho tiempo hablando, pero la sensación de que el desastre está a punto de llegar a Europa puede hacer que los líderes se decidan esta semana a impulsar de verdad estas políticas.
Entre los cambios más importantes que propone Van Rompuy, se encuentra el endurecimiento de los controles a la política fiscal de cada estado miembro. No solo se establece un máximo para el gasto público de cada año y para los niveles de deuda, sino que si un Estado miembro quisiera emitir más deuda de la fijada debería “justificar y recibir” el aprobado previo por parte de las instituciones europeas. Si esta iniciativa saliera adelante, supondría entregar de facto la llave de la caja fuerte de los Estados.
Pero a cambio, los alemanes deberían ceder en algo que hasta ahora consideran tabú: en la mutualización de la deuda. Lo que la canciller Angela Merkel calificó como la “unión del endeudamiento” podría estar más cerca si se pusieran en marcha los planes de Van Rompuy. “En una perspectiva de medio plazo, la emisión de deuda conjunta debería analizarse como un elemento más de la unión fiscal”, señala el documento. Pero el presidente del Consejo Europeo va más allá de la creación de los eurobonos. Van Rompuy asegura que una unión fiscal supondría “en última instancia” la creación de un Tesoro.
Además de la integración fiscal, el texto apuesta por otros tres aspectos en los que es necesario avanzar: la unión bancaria, la unión económica y la legitimidad y el control democrático. Dos elementos son importantes para lograr un sector financiero más homogéneo en la eurozona: un organismo supervisor común para los países que comparten el euro y un marco legal común para asegurar los depósitos e intervenir e incluso liquidar las entidades que pongan en peligro la "solvencia" del sistema financiero.
El documento sigue en fase de estudio y será analizado esta tarde por los ministros de las cuatro potencias del euro en París. “Estamos en una fase de preparación activa de la cumbre porque queremos respuestas estructurales, porque hay que sentar las bases de una Europa de la confianza”, señaló Moscovici. “Debemos ser conscientes de que la cumbre es esencial porque hay que sentar ahora las bases de la segunda fase del euro, que le permitirá consolidarse definitivamente”, subrayó.
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