La policía de Sudáfrica ha afirmado este viernes que fueron 34 los mineros que fallecieron el jueves por disparos de la policía en el conflicto por la huelga de los trabajadores de la mina de platino de Marikana, que además causó heridas a otros 78. En una rueda de prensa en esa localidad, ubicada a unos 100 kilómetros de Johannesburgo, la policía señaló que "intentó", sin éxito, dispersar a los trabajadores con gas lacrimógeno y que los agentes dispararon "en su propia defensa".
Los policías trataron de desalojar a unos 3.000 mineros que estaban armados con palos y machetes en una colina cercana a la mina de platino de la empresa Lonmin, con sede central en Londres. El conflicto se saldó además con 259 detenidos, según añadió la policía.
La más sangrienta operación de seguridad desde el fin del apartheid ha sido un duro golpe emocional para la sociedad en Sudáfrica, donde los ciudadanos y la prensa han puesto en duda los cambios del período post-apartheid.
Los titulares de los periódicos locales este jueves hablan de “matanza” y de “campo de la muerte”, con imágenes que muestran a policías blancos y negros armados que caminan con indiferencia entre los cadáveres de los mineros. Las imágenes traen a la memoria el pasado racista de Sudáfrica.
Una emisora de radio local vinculó el incidente del jueves con la matanza de Sharpeville en 1960, cuando la policía del apartheid abrió fuego sobre una multitud de manifestantes negros y mató a más de 60.
En un editorial de su portada, el periódico Sowetan, que debe su nombre al distrito negro más gránde de Sudáfrica, se pregunta si algo ha cambiado desde 1994, cuando la llegada de Nelson Mandela al Gobierno puso fin a tres siglos de dominio blanco. "Esto ha pasado antes en este país cuando el régimen del apartheid trataba a los ciudadanos negros como objetos... Esto continúa de una forma diferente", añade.
En la madrugada de este viernes, cientos de policías patrullaban la zona de la mina, que esta semana debió cerrar por una guerra sindical que el jueves terminó en un baño de sangre con la intervención policial. Hasta ese día, el conflicto había causado la muerte de 10 personas, incluidos dos policías.
Aunque los mineros en huelga demandan aumentos salariales, en la raíz del conflicto está la rivalidad entre dos sindicatos. La Asociación de Mineros y Trabajadores de la Construcción (Association of Mineworkers and Construction Union, AMCU, en inglés), mal llamado 'radical' por algunos medios de comunicación, un sindicato que representa a la mayoría de los mineros en huelga, miembros de la National Council of Trade Unions (NACTU), y el Sindicato Nacional de Mineros de Sudáfrica, miembros del Congreso de Sindicatos Sudafricanos (Congress of South African Trade Unions, COSATU) afín al Congreso Nacional Africano, el partido que gobierna sudáfrica desde 1994.
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