Hace varios años participé en una protesta en un acto organizado por el PSOE en el que el conferenciante era Santiago Carrillo. Allí, unos camaradas desplegamos una pancarta que decía: “Carrillo, traidor, intoxicas más que las vacas locas”. Era una manera de seguir denunciando el papel contrarrevolucionario de quien se transformó en un peón de lujo de la oligarquía española.
En estas horas en que los grandes medios del enemigo paga con loas los enormes servicios prestados, preciso es recordar que Carrillo encabezó el grupo dirigente que llevó al PCE al desguace. Ese grupo rompió la unidad comunista, atacó a conciencia la cultura ideológica de la masa militante del PCE, destrozó la estructura orgánica celular, impuso un cambio de estrategia vulnerando el centralismo democrático, pactó la transición con la oligarquía en condiciones de subordinación de la clase obrera, marginó la lucha de masas, inició el nefasto camino de los pactos sociales –Pactos de la Moncloa-, encorsetó la lucha sindical, abjuró del internacionalismo proletario y dejó sin programa revolucionario a la clase obrera y demás sectores populares. Todo ello combinado, dividió, desorganizó y liquidó al PCE combativo.
Murió Carrillo, y la oligarquía tiene muchas razones para rendirle los más altos honores.
Juan Rafael Lorenzo
Miembro del CC del PCPE
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