martes, 16 de octubre de 2012

Venezuela: ¿tras las elecciones, la transición hacia el socialismo?

Traducido por Alexandre García

Tras una campaña electoral muy disputada y unas elecciones en las que ha tomado parte un porcentaje inédito de la población, Hugo Chávez ha sido reelegido por goleada para la presidencia de Venezuela. Tras 14 años de revolución bolivariana y ante un nuevo mandato de 6 años, el campo progresista considera que ya ha llegado la hora de hacer balance y de plantear la transición hacia el socialismo.

André Crespin

El próximo gobierno será mejor que el anterior”, decía Hugo Chávez en unos de sus últimos mítines. Consciente de las debilidades de su administración, se ha comprometido a enfrentarlas para profundizar y arraigar aún más la revolución bolivariana en el seno de las masas populares. Porque se ha instalado poco a poco una cierta laxitud en una parte del pueblo respecto de ciertos problemas que se viven en el día a día: una violencia casi endémica en las ciudades. Venezuela tiene una de las tasas de homicidios más elevadas del continente latinoamericano (50 por cada 100 000 habitantes cada año).

Una corrupción demasiado generalizada, que gangrena ciertas esferas del poder, donde puede desarrollarse un clientelismo insano. Y, sobre todo, una dependencia desmedida de las rentas petrolíferas que suponen 100 billones de dólares al año y representan el 90% de las divisas extranjeras del país.

Elocuentes indicadores de desarrollo

Claro está, esta fuente de dinero se utiliza de forma concienzuda. Hasta los periódicos “tradicionales” lo han reconocido en sus artículos publicados antes de las elecciones. Las cifras son elocuentes e incluso se ven confirmadas a menudo por las oficinas de la ONU y sus fuentes académicas. Mencionemos, entre otros ejemplos, que entre 1999 y 2011, el analfabetismo ha disminuido hasta la mitad, la mortalidad infantil ha pasado de 19 a 14%, la esperanza de vida ha aumentado dos años y el 83% de los jóvenes acceden ahora a la enseñanza superior[1]. La reducción de la pobreza, como ya podemos imaginarnos, ha sido muy importante: más de la mitad de los venezolanos vivían bajo el umbral de la pobreza en 1999, ¡hoy son menos de la cuarta parte!

El Partido Comunista de Venezuela, baluarte indefectible de la revolución bolivariana, nos ofrece su análisis del actual gobierno venezolano: “Hace falta hacer una evaluación profunda para determinar donde están nuestras fortalezas, para fortalecerlas y reforzarlas; pero también debemos identificar nuestros errores. Estos últimos deben ser corregidos con la participación activa de los trabajadores que piden que haya una coherencia con las propuestas hechas sobre la construcción de una sociedad socialista, incluyendo aquellas que conciernen el control obrero de los centros de producción”.

65% de la economía en manos del sector privado

Desde el principio, el PCV ha apoyado la revolución bolivariana y su gobierno haciendo parte del frente electoral liderado por el PSUV (Partido Socialista Unificado de Venezuela, partido de Chávez). En un periodo de 12 años, ha pasado de algunas decenas de miles de votos a medio millón en el último escrutinio. La particularidad del sistema electoral venezolano exige al elector que especifique el partido por el cual vota en el seno de un frente electoral. Es gracias a estos que sabemos que un elector de Chávez de cada 17 ha votado al PCV. Este votante recuerda que Venezuela, incluso bajo la dirección del revolucionario Chávez, sigue siendo un país capitalista en el cual las principales palancas de la economía están en manos del sector privado. 65% de la economía sigue estando en manos del sector privado. Es más que en Suecia o en Francia. La derecha anti-chavista se apoya en buena parte de esta potente burguesía local para llevar a cabo sus campañas de desestabilización del régimen.

Para reforzar el proceso bolivariano, el PCV considera que es necesario establecer una dirección colectiva y revolucionaria para ir más allá del liderazgo personal de Hugo Chávez, y asegurar el porvenir. Para reafirmar el carácter socialista de la revolución venezolana, hace falta nacionalizar los grandes medios de producción y confiar su gestión a los propios trabajadores. Por otra parte, hace falta desarrollar drásticamente las fuerzas productivas, principalmente en los sectores estratégicos de la industria agro-alimentaria y petroquímica. Aunque haya podido nacionalizar y redistribuir más de 3 millones de hectáreas de tierras agrícolas a los campesinos, la Venezuela de Chávez sigue siendo un país muy deficitario en términos de producción de víveres. Más de dos tercios de los productos consumados en Venezuela son importados. Mientras esto sea así, la revolución bolivariana seguirá siendo vulnerable.

Un ejemplo que produce inspiración

Venezuela ha sido durante estos días portada de los periódicos del mundo entero. Su originalidad es intrigante. Su sistema político a favor de los trabajadores inspira a todos los progresistas del mundo. El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha declarado que “la victoria de Chávez es también la victoria de todos los pueblos de América Latina”. La alternativa que supo poner en marcha con el apoyo de los trabajadores ha sido de hecho un ejemplo para todos los pueblos que se niegan a aceptar los dictados del mundo patronal e imperialista. Ojalá Venezuela pueda seguir por el mismo camino. 


[1] Datos extraídos de www.levif.be, 7 octubre de 2012

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