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Al menos 15 personas han muerto en la provincia de Alepo por un ataque con armas químicas realizado por rebeldes sirios, según informa la agencia estatal de noticias de Siria, citada por Reuters. Según la agencia de noticias SANA, "los terroristas dispararon un cohete que contiene sustancias químicas en la zona de Jan al Asal de Alepo rural, y los informes iniciales indican que alrededor de 15 personas murieron, la mayoría de ellos civiles".
En diciembre pasado los medios de comunicación informaron de que los rebeldes sirios habían utilizado armas químicas contra las fuerzas militares en el distrito de Darya, un suburbio de Damasco. Por su parte, los insurgentes rechazaron las acusaciones y culparon al Gobierno del ataque, afirmando que las fuerzas de Bashar al Assad habían empleado gas peligroso en la ciudad de Homs.
Sin embargo, la ONU declaró que no dispone de datos sobre el uso de armas químicas por parte de las autoridades sirias contra su pueblo.
Rusia dispuesta a enviar 500 aviones a Siria
“Vamos a enviar 500 aviones para participar en los combates si creemos que hay un peligro que amenaza Damasco.” Esta advertencia fue lanzada por el jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, al jefe de la Coalición de la Revolución y la Oposición Siria, Moaz al Jatib, señalaron fuentes próximas al encuentro al corresponsal de Al Manar, Nodal Hemade.
Todas las alegaciones árabes y occidentales que han visitado Moscú en estos últimos tiempos señalan que Lavrov les ha asegurado personalmente que no existe ningún acuerdo ruso-estadounidense y que Moscú no está dispuesto a suspender la entrega de armas al Ejército sirio, en tanto que los estados occidentales prosigan la entrega de armas a los grupos terroristas.
Los únicos puntos de acuerdo con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, a finales de febrero último fueron que la prolongación de la crisis suponía un daño para ambas potencias y que EEUU y Rusia no iban a protagonizar un choque militar debido a Siria.
Según Hemade, durante el encuentro que tuvo lugar el 26 de febrero último en Berlín, cuando Lavrov se mostraba notablemente molesto por la aceleración de las operaciones de envío de armas a los terroristas por parte de los países occidentales y los árabes del Golfo, Kerry le dijo: “Rusia debería ayudar a encontrar una solución presionando a Assad para que abandone el poder”.
Lavrov le respondió: “Nosotros no presionaremos a Assad para que se vaya. E incluso si lo hiciéramos, se negaría y perderíamos nuestra influencia sobre él. Id vosotros a verle y pedidle que se vaya, si podéis”.
Parece que todos los protagonistas de la insurrección siria no están convencidos de la importancia de iniciar conversaciones ni tampoco, y sobre todo, los estados que la financian y alimentan.
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