Por Edgar Meléndez, miembro del CC y Secretario Regional del PCV para el Movimiento Obrero y Sindical en Bolívar.
La puesta en escena del plan conspirativo de la derecha venezolana luego de las elecciones presidenciales del 14 de abril –plan anunciado por sus autores y develado por las fuerzas patrióticas semanas antes–, requiere de parte de quienes estamos del lado de la revolución caracterizaciones correctas de los momentos y de la correlación de fuerzas y profundización en el conocimiento del enemigo y de los aliados para actuar con un elevado nivel de calidad y eficiencia en la derrota de la conspiración contrarrevolucionaria.
Por ejemplo, son evidentes las brechas y fisuras que existen en la oposición por el desarrollo de un plan conspirativo encabezado y desarrollado por sectores fascistas que no responden, en términos concretos, al plan original, que sin lugar a dudas le venía dando resultado a la MUD y sobre esto hay que profundizar mucho, ya que propias fuerzas del proceso caracterizan a la oposición venezolana como un bloque monolítico y esta apreciación además de errónea no permite aprovechar dichas brechas para derrotar el plan conspirativo.
Igual sucede de nuestro lado, las fuerzas antiimperialistas, progresistas y socialistas que acompañan al proceso bolivariano son amplias y diversas, con niveles de coincidencia, por ejemplo en la defensa del proceso ante la agresión en curso, y con profundas divergencias que serán puestas de relieve según el momento y eso a nadie puede extrañarle, es una cuestión de la realidad política concreta.
Ante el evidente y palpable desarrollo actual de un agresivo plan conspirativo de calle –con muertos y heridos que los sectores de derecha están negando–, se impone la profundización de la coincidencia y articulación de los Partidos políticos, organizaciones y movimientos sociales y populares que apoyan al proceso bolivariano en su defensa. Hacer otra cosa en estos momentos concretos es una conducta infantilista y peligrosa.
Lo anterior no significa que en la manifestación de calle, en los distintos eventos de movilización pacífica, y hasta en el combate patriótico defensivo si este fuese necesario, neguemos y condenemos el sano debate sobre las causas de los resultados electorales del 14-A.
Resultados sobre los que los comunistas tenemos una apreciación que no es más que la confirmación de caracterizaciones, advertencias, críticas, autocríticas y propuestas no escuchadas que hemos hecho públicas desde el PCV y desde el Movimiento Popular y Revolucionario; pero en política todo tiene su momento y el momento inmediato lo que nos impone es unidad de acción absoluta ante el desarrollo de peligrosas acciones por parte de los sectores de la derecha fascista de la oposición en contra de unos resultados electorales legítimos a favor del proceso revolucionario.
Además, el pueblo revolucionario sabe a qué se deben los resultados y el resumen no es otro que la necesidad de la profundización, de la erradicación del burocratismo y la corrupción, de la aniquilación de la ineficiencia, de la urgencia de la industrialización y del fortalecimiento del Poder Popular en todas su expresiones. Entonces, no es una tregua a la crítica y a la autocrítica, no es un pasar la página lo que estamos proponiendo; al contrario, es un llamado a la defensa y preservación del proceso derrotando al enemigo inmediato: la derecha proimperialista y los sectores fascistas para poder avanzar luego en la derrota de la derecha endógena; pero lo segundo necesita de lo primero.
Por eso, ningún sincero militante revolucionario podrá jamás compartir discursos divisionistas que el pueblo patriota rechaza mucho más cuando son pronunciados por responsables directos de los resultados y a los cuales no vamos a responder aquí, no porque no tengamos respuesta, que abundan, sino porque estaríamos siendo inconsecuentes con nuestro propio análisis.
Es lógico que en lo electoral, que no escapa de aquella Ley de la dialéctica: unidad y lucha; los sectores menos comprometidos con el objetivo estratégico planteado golpeen a una fuerza del proceso, es decir al PCV, la segunda fuerza electoral por cierto, que ha elaborado según su experiencia práctica y su basamento teórico, el socialismo científico, una serie de propuestas concretas para el avance al Socialismo pasando por la profundización del proceso de liberación nacional.
Entonces en este sentido ya se intenta imponer una matriz: que hay 200.000 votos que se expresaron por Chávez en Octubre 2012 en el Gallo Rojo y que dejaron de hacerlo por Maduro el 14-A porque se fueron con el candidato del imperialismo.
Las elecciones de Octubre 2012 tuvieron como condición concreta ser el preludio a unas elecciones regionales con un profundo rechazo a gobernadores de distintas regiones y muchos revolucionarios y revolucionarias, del PSUV principalmente, vieron en nuestro Partido la organización capaz de asumir, como de hecho lo hicimos, la denuncia y el rechazo a opciones que no contaban con la aprobación total de sectores del proceso y por eso votaron Gallo Rojo. Al menos una parte importante de esos votos, hoy, en la coyuntura concreta, volvieron, como era de esperarse, a su tarjeta.
A quienes les duele que el PCV sea la segunda fuerza electoral del proceso, además, les decimos que la votación dura por el Gallo Rojo continúa creciendo, revisen los históricos recientes, a pesar de esa “pérdida” aparente, coyuntural y lógica entre 2012 y 2013.
Es parte de la naturaleza del debate que viene y lo asumiremos, pero creo que todos coincidimos que son discusiones extemporáneas, en primer lugar hay que discutir a fondo por qué una parte de los sectores populares no vienen asumiendo la propuesta del proceso antes de discutir las “emigraciones” internas y externas de votos.
Lo que sí sabe el pueblo, porque así ha sido evidente en las calles, plazas y avenidas, es que mientras muchos dirigentes “socialistas” sólo se aparecen en tarimas los militantes y dirigentes del PCV y de la JCV hemos estado en la calle, junto al pueblo que somos, participando en cualquier escenario que la realidad imponga por duro que este sea.
Para muestra dos botones (de los muchos que podríamos mostrar). En Maturín, estado Monagas, la heroica JCV rescata la sede del CNE del secuestro de los fascistas, y en Ciudad Bolívar junto a la militancia de base del PSUV y otros colectivos juveniles, el PCV y su juventud hemos estado en la calle impidiendo incluso la quema de la sede regional del PSUV.
Así que, señores de la derecha proimperialista y señores antipecevistas del proceso, no insistan, nadie quebrantará la decisión de los militantes comunistas de cumplir nuestra línea y misión histórica que asumimos voluntaria y orgullosamente la construcción del Socialismo.
El reciente XIV Pleno del Comité Central resumió sus resoluciones y orientaciones a la militancia en nuestra consigna: ¡Defender la Revolución, Aplastar la conspiración!
Pero eso sí, defender la revolución para hacer revolución más profunda.
Por eso, el PCV es claridad política y firmeza combativa, un verdadero ejército de hombres y mujeres insobornables y sin miedo ante los momentos históricos que jamás permitirá que le arrebaten al pueblo lo conquistado en dura lucha: su victoria incuestionable del 14 de abril al elegir Presidente a Nicolás Maduro.
¡No al divisionismo que sirve al oportunismo! ¡Derrota al fascismo! ¡Avancemos en la liberación nacional con rumbo puesto al Socialismo!
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