Simulacro en la base |
Chile, la patria de O´Higgins, Mistral, Neruda, Allende y cien más, va camino de convertirse en aliado incondicional del imperio en América del Sur. El Comando Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, (SOUTHCOM), a un costo superior a los 500 mil dólares construyó el Fuerte Aguayo, el que fue inaugurado el pasado jueves 5 de abril, por el embajador de Estados Unidos, Alejandro Wolff, y representantes de las Fuerzas Armadas de Chile.
Dijeron que el Fuerte Aguayo de Concón, es una nueva instalación de entrenamiento militar. La solemne ceremonia se realizó durante el desarrollo del ejercicio anual “PKO Américas”, que reúne a “fuerzas de paz” de 12 países del hemisferio, pero en realidad ese Fuerte es una nueva base militar de Estados Unidos para, desde Chile, amenazar la paz y soberanía de nuestras patrias. La nueva instalación militar ha asido diseñada para entrenar a las fuerzas represivas del Continente en acciones de “guerra urbana” de conformidad con las doctrinas contrainsurgentes de la Casa Blanca, ejecutadas por la CIA y el Pentágono.
Esta Base simula una zona urbana integrada con 8 modelos de edificios que sirven para “ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil”, según indica la misma Embajada de Estados Unidos. Las novísimas construcciones militares demuestran la existencia de las estrechas relaciones militares entre Chile y Estados Unidos que han ido consolidándose durante el gobierno de las derechas herederas del pinochetismo. Desde Chile se informó que en septiembre de 2011, el Ministerio de Defensa de Chile firmó un acuerdo de cooperación con el general Douglas Frazer, comandante de SOUTHCOM.
En su oportunidad, Frazer propuso la creación de “protocolos” para apoyar a países afectados por desastres naturales, proporcionándoles asistencia militar, pero esa fue una tapadera del verdadero objetivo del Fuerte Aguayo: entrenamiento a las fuerzas policiales y militares para reprimir a las organizaciones populares con el uso de los métodos más sofisticados, modernos y de elevada tecnología.
Pese al cerco informativo impuesto por Piñera, el pueblo ya conoció de esta barbaridad que viola la soberanía, tanto que diputados chilenos de diversa tendencia ideológica, rechazaron la iniciativa por considerarla de injerencia y porque allí se brindará entrenamiento militar a policías chilenos. "Está ayudando al entrenamiento de otras fuerzas, no simplemente las chilenas", reveló Alejandro Wolff, representante de Washington
La cuestión no se queda sólo en el Fuerte Aguayo de Concón sino que va más allá de toda cooperación. Recuérdese que la visita de Obama a Chile fue aprovechada para la firma de un tratado de cooperación con la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias (FEMA), materializada en marzo del 2011. La agencia estadounidense está preparada para actuar en escenarios de “emergencia nacional” que conllevan a la instauración de un estado de excepción y la suspensión de garantías constitucionales. En enero de 2012, luego de decretar zona de catástrofe a Torres del Paine, Piñera solicitó la asistencia de FEMA para controlar la evolución de los incendios.
Dirigentes políticos y líderes sociales señalaron que los protocolos de “asistencia humanitaria” que provienen de Estados Unidos no han estado exentos de críticas, sobre todo por su actuación en Haití. Ramas del Comando Sur también incluyen el Instituto del Hemisferio Occidental para la Cooperación en Seguridad, ex Escuela de las Américas. Considerando que por ella transitaron personajes como el dictador panameño, Manuel Noriega, el dictador boliviano, Hugo Banzer, y el ex jefe de la DINA de Augusto Pinochet, Manuel Contreras, cabe preguntarse qué intenciones posee Estados Unidos para financiar bases de entrenamiento en nuestro país, dijeron.
El periodista Armando Romero denunciaba que el Ministro de Defensa de Chile, Andrés Allamand “se está graduando con honores en la carrera del terrorismo de Estado. Lo que soñara en su juventud, cuando participaba de atentados terroristas, junto a su amigo y ex Ministro de Defensa Francisco Vidal […] en el tristemente recordado comando Rolando Matus."
Para el analista Romero no existe duda del carácter represivo e injerencista de Estados Unidos. Así, la participación de Fuerzas Especiales de Carabineros, en el ejercicio anual de los cascos azules de la ONU (Peacekeeping Operations Americas), en el Fuerte Aguayo de Concón, la intervención de la Escuela de las Américas (School of the Americas), significa una nueva etapa de penetración en la región que se incrementa con Piñera que permitió la realización del Consejo Militar es este año, en el que tuvo destacada actuación Stephen Johnson, director del Área de Latinoamérica del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos de Estados Unidos, notable agencia de la penetración imperial caracterizada por sus labores desestabilizadoras de gobiernos “peligrosos” o “indeseables” para los intereses de Washington.
En ese Consejo Militar, el Comandante en Jefe del Ejército de Chile, Juan Miguel Fuente-Alba señaló sin ambages la necesidad de un análisis “relacionado con los eventuales roles que podrían asumir las Fuerzas Armadas y el Ejército en particular, dados los complejos y actuales escenarios que se generan en el ámbito de la seguridad, al momento de preservar los valores, intereses y bienes que la propia sociedad busca cautelar”. En otras palabras, los militares chilenos están y estarán en guerra con los mismos parámetros del fascismo pinochetista.
Como para no dejar dudas, afirmó: “podrían surgir nuevas responsabilidades que deberían estar claramente identificadas, comprendidas e implementadas por el Ejército”. Esto es las supuestas responsabilidades relacionadas con situaciones de catástrofe “o frente a las llamadas nuevas amenazas”. Más claro no canta un gallo. Es más, con total cinismo Estados Unidos, ha utilizado a las Naciones Unidas para justificar la instalación del Fuerte Aguayo para entrenar a los Carabineros chilenos y policías de otros países en el “arte” de reprimir la protesta social y la lucha por la soberanía que se desarrolla en Chile y en Latinoamérica.
La verdad es que el Fuerte Aguayo se ha constituido en una verdadera base militar yanqui y lo lamentable es que la Organización de Naciones Unidas haya permitido que se use su nombre y menguado prestigio para encubrir la verdadera naturaleza de la penetración estadounidense con el pretexto de un supuesto ejercicio de cooperación entre fuerzas militares del hemisferio, como parte del programa de entrenamiento de los cascos azules.
Las denuncias
El secretismo que rodeó las construcciones en el Fuerte Aguayo y los acuerdos suscritos entre Obama y Piñera, al quedar descubiertos, provocaron el surgimiento de una serie de denuncias encaminadas a repudiar las estrechas relaciones entre el imperio y las Fuerzas Armadas chilenas, el evidente sometimiento del gobierno empresarial piñerista a los dictados de la Casa Blanca y la violación de la soberanía de Chile.
Por ejemplo se sostuvo: Luego de la última visita de Barak Obama el 21 de marzo del 2011, donde se firmaron una serie de acuerdos comerciales pero también militares, donde quedaron "agendadas" una serie de actividades de cooperación entre las fuerzas armadas de ambos países. Cosa que viene a reafirmar un estrecho lazo entre Chile y Estados Unidos en cuanto a cooperaciones militares y de inteligencia como el del abril del 2010 en el acuerdo de la FEMA. Lo que suma, luego de la visita de Obama, a nuevos acuerdos. Uno de estos tuvo lugar el día 2 de septiembre del 2011 cuando el Subsecretario de Defensa chileno Oscar Izurieta firmó un acuerdo con el Comando Sur de los EEUU al mando del General Douglas Frazer. Esto con la excusa de acuerdos de cooperación para las Fuerzas de Paz, con la experiencia previa de la participación de Chile en Haití.
Aunque la verdad estos acuerdos más bien están enmarcados dentro del contexto mundial de un despertar y malestar que provoca las secuelas del modelo económico-político-social a nivel mundial del Capitalismo y el desprestigio (generalizado) de la “democracia representativa occidental” En este contexto se han desarrollado diversos acuerdos que incluyen entrenamientos y protocolos que se basan en neutralizar “amenazas internas” que tienen actualmente diferente países del continente.
Así llegó el 5 de abril de 2012 el cual fue un día especial para las relaciones militares entre Chile y EEUU.
El embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff, junto al comandante del Cuerpo de Infantería de Marina, contralmirante Marco Amigo, y al general Leonardo Martínez, director de operaciones internacionales del Estado Mayor Conjunto, dieron por inaugurado el centro de entrenamiento para personal de operaciones de paz en zonas urbanas, construido recientemente en el Fuerte Aguayo de Concón V Región.
Todo esto estaría dentro de la Planificación del PKO Chile 2012 que es un programa de entrenamiento de “Líderes jóvenes” de varios países para “Operaciones de paz en América”. Así grupos de militares de 12 países se dieron cita en Chile para este entrenamiento militar-urbano. Llamativo, por decir lo menos, que la mayoría de las tácticas enseñadas y que pudieron ser apreciadas tenían que ver con control de población civil. Los “enemigos” eran jóvenes con pañoletas, de jeans o buzo, los cuales eran los "objetivos" a neutralizar.
No es difícil especular entonces, ante la evidencia, que el entrenamiento tiene más que ver con "enemigos internos" al juzgar por el tipo de entrenamiento y los "objetivos civiles" que más se parecen a los típicos manifestantes de las protestas sociales de los distintos países. En el caso chileno, tienen que ver las protestas del último tiempo, las cuales, no cabe duda, que se han convertido en un gran problema político para el gobierno y este tipo de entrenamiento deja una plausible suspicacia de que, lejos del "altruista" trabajo que se "supone" desarrollan los cascos azules de la ONU, este tipo de entrenamiento parece más bien enfocado en manejar los conflictos sociales internos de los países participantes. Otras denuncias hablan que el tal centro de entrenamiento militar y policial financiado por Estados Unidos en la Región de Valparaíso que alberga al destacamento de Infantería de Marina No. 2 “Miller”, será utilizada para preparar a “personal encargado de ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil en zonas urbanas”, según informó la embajada estadounidense en Chile.
La instalación del nuevo complejo no sólo ha generado rechazo, sino que ha causado conmociones políticas diversas. Por ejemplo el diputado Rodrigo González (PPD) de Viña del Mar, calificó la construcción del recinto militar en Concón como “una forma encubierta de intromisión del Comando Sur”. Desde variados sectores políticos de Chile se criticó de que bajo la cubierta de “operaciones de paz” de la ONU, el Fuerte Aguayo pasará a ser administrado indirectamente por Estados Unidos. Según informa la página web del Comando Sur (SOUTHCOM), la instalación militar fue construida con el fin de apoyar las actividades del Centro Conjunto para Operaciones de Paz de Chile (CECOPAC) y la Iniciativa de Operaciones para la Paz Mundial del Departamento de Estado (GPOI). “GPOI es un programa financiado por el gobierno estadounidense a través de las Peacekeeping Operations (PKO), que se encarga de extender el alcance de las operaciones militares intervencionistas de Naciones Unidas a lo largo del planeta. PKO es manejada a su vez por la Dirección de Asuntos Político-Militares del Departamento de Estado. En su página web, el Departamento de Estado admite que la función de esta dirección es “mantener el acceso global de las fuerzas militares de los Estados Unidos”.
En definitiva, el nuevo centro de Fuerte Aguayo, construido con significativos aportes de Army South (brazo de SOUTHCOM) e inaugurado por el propio embajador de Estados Unidos en Chile, Alejandro Wolff, sólo pretende convertirse en una extensión militar de sus operaciones en Latinoamérica. “Tenemos una relación grandiosa con Army South y esperamos trabajar y entrenar con ellos en operaciones venideras”, expresó el capitán chileno Claudio Zanetti, director de CECOPAC.
En una reciente visita a los cuarteles de Army South en Texas, el nuevo agregado chileno de defensa, Guillermo Porcile Arellano, se reunió con oficiales del ejército norteamericano para “discutir la fuerte asociación entre fuerzas chilenas y fuerzas estadounidenses, y la participación mutua en ejercicios y operaciones pasadas y futuras”.
En septiembre de 2011, el Ministerio de Defensa reforzó las relaciones militares con la firma de un acuerdo de cooperación que permite el despliegue de tropas estadounidenses en suelo chileno, ante la eventualidad de que el ejército nacional se vea “sobrepasado por alguna situación de emergencia” como el terremoto del 27 de febrero de 2010. Tratados similares incluyen el acuerdo suscrito entre el Ministerio del Interior y la Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias (FEMA) de Estados Unidos, oficializado en marzo de 2010.
Tácticas y estrategias, armas y tecnologías de punta son las “materias” fundamentales que se dictan en el Fuerte Aguayo en Concón. En otras palabras, se entrena a ejércitos y policías para el desarrollo de Operaciones Militares en Terreno Urbano (MOUT), que simula allanamientos de edificios civiles con armamento militar, según se desprende de sus recientes ejercicios de PKO-A 2012. En videos e informes que circulan en la Red, generalmente se pone de manifiesto la violencia de los uniformados en las tareas de represión. Los civiles chilenos que tienen acceso a los videos de entrenamiento informan que: “También encendió los ánimos la apariencia de los civiles que se enfrentan a los uniformados: jóvenes con buzos, jeans, polleras y la tradicional ‘pañoleta palestina’ con que algunos incluso, aparecen encapuchados, recordando los enfrentamientos entre carabineros y manifestantes durante las movilizaciones estudiantiles”.
En los “ejercicios” militares se destacó la participación de las Fuerzas Especiales de Carabineros. Efectivamente, las imágenes más polémicas, difundidas por un video muestran a la Capitán Nathalie Muñoz, entrenando a “estudiantes en tácticas policiales”. De esta manera describe el sitio Dvidshub. Se desprende de esto que Carabineros de Chile sí presta instrucción policial a fuerzas militares para escenarios de “guerra urbana” y “operaciones de paz”.
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