La protesta minera no pierde fuelle, y tiene visos de ir en aumento. La huelga general del 18 de junio en las cuencas mineras de España en defensa del futuro del carbón, la primera en todos los sectores después de 18 días consecutivos de paro en la minería, ha tenido un amplio seguimiento, sobre todo en Asturias y León. Según los sindicatos, la incidencia del paro en todas las cuencas es del 100%. La Delegación del Gobierno en Asturias da por buenos los datos sindicales de seguimiento en esa comunidad, y la Subdelegación del Gobierno en León habla de incidencia "importante". En Palencia, sin embargo, el seguimiento ha sido "desigual", según la Delegación, y en Aragón, donde también hay comarcas mineras llamadas a la huelga, el único dato que han difundido las autoridades es el de los empleados públicos, que han secundado el paro en un 4,6%.
Como muestra del amplio respaldo a la reivindicación de los mineros, a mediodía además una multitudinaria manifestación ha recorrido las calles de León. Unas 15.000 personas se han manifestado bajo el lema Quieren acabar con todo. No al cierre de la minería del carbón, y en medio de un estruendo constante de petardos. La marcha ha terminado en la sede de la Diputación provincial, donde seis mineros permanecen encerrados desde el pasado 4 de junio. A las siete de la tarde ha arrancado otra manifestación en Langreo (Asturias), de proporciones históricas, con más de 50.000 mineros, vecinos, y organizaciones sindicales y políticas. UGT y CC OO han anunciado una "marcha negra" hacia Madrid, en una fecha aún por determinar, además de una nueva protesta frente al Ministerio de Industria.
La jornada ha comenzado, como ya viene siendo habitual las últimas semanas, con cortes en varias carreteras de Asturias –17 en total– y en dos de sus líneas ferroviarias. Desde primera hora se han producido cortes intermitentes en las carreteras asturianas, como en la AS-254, la AS-253, la AS-112, la AS-246, la AS-117, y en la N-630.
Historia de un conflicto
Como consecuencia del recorte de las ayudas directas a la explotación del carbón de 190 millones (que supone una disminución del 63% de las subvenciones en un sector muy dependiente de ellas) el pasado 23 de mayo estalló una contundente conflictividad en las comarcas mineras, con barricadas en carreteras y vías férreas (hasta 60 cortes en vías públicas se llegaron a registrar en un solo día en Asturias) y el bloqueo de los accesos a localidades, además del reiterado colapso en conexiones vitales como la autopista del Huerna, que une Asturias con la Meseta.
Los mineros mantienen además encierros en tres minas, en Asturias y León. En El Bierzo, por ejemplo, siete de ellos llevan 25 días encerradosen la mina de Santa Cruz del Sil. En el pozo de Santiago de Aller (Asturias) son tres los mineros que resisten bajo tierra. Hoy mismo otros cuatro mineros se han encerrado en el Ayuntamiento de Cangas de Narcea (Asturias). Las protestas de los días pasados han dejado varios heridos y numerosos detenidos. Ante la posibilidad de nuevos conflictos, la Guardia Civil ha reforzado con 250 agentes más el dispositivo de seguridad desplegado en las últimas semanas en León y Asturias.
La huelga de la minería del carbón comenzó el pasado mes de mayo, con paros los días 28, 29, 30 y 31, y pasó a ser indefinida el pasado uno de junio, después de que concluyera sin acuerdo la reunión entre los representantes del sector y el Ministerio de Industria, Energía y Turismo, en el marco de la comisión de seguimiento del Plan del Carbón. Las minas de carbón españolas dan trabajo en la actualidad a 7.900 obreros, en 47 explotaciones. Hace 27 años, aún daban ocupación a 52.910 trabajadores. La producción ha caído de menos de 20 millones de toneladas a los 8,5 millones de toneladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario